Todos los sectores y compañías pueden requerir tanto servicios fijos como temporales. La contratación de trabajadores en misión facilita la consecución de objetivos empresariales de forma rápida y eficaz, pero también garantiza que quienes buscan empleo, lo encuentren. 

La clave es crear una fuerza de trabajo capacitada, para lo cual es necesario delimitar e identificar las habilidades y perfiles requeridos y con esta información encontrar la persona idónea en tiempos muy específicos.

Este tipo de contratación se ha convertido en una de las principales alternativas tanto para suplir necesidades específicas de talento, como para el desarrollo de proyectos o labores especializadas dentro de un período determinado. Según el Observatorio del Mercado Laboral de Acoset, los servicios temporales representan 4,4% del mercado laboral colombiano, y se estima que este continúe en constante crecimiento.

Es normal que los profesionales que trabajan en misiones temporales estén especializados en un área o sector concreto, lo que implica que pueden dar el soporte específico para alcanzar los objetivos de negocio, pero nunca sobra entregar información sobre detalles o prácticas necesarias para un escenario o momento productivo en cuestión. 

Es por esto que una inducción adecuada de los trabajadores en misión resulta ser un aspecto crucial para el óptimo desarrollo de sus actividades y para una efectiva integración a la empresa. Este proceso, también conocido como onboarding, consiste en brindarle a los empleados información relacionada con los valores de la compañía, así como los de su área y puesto específico para que realicen sus actividades de manera satisfactoria desde las expectativas corporativas. 

Un dato importante en esta labor es que es igual de necesaria para los trabajadores directos de una compañía como para los que se integran durante una temporada a través de las empresas de servicios temporales.

Con un adecuado acompañamiento y guía, los colaboradores temporales se pueden convertir en una fortaleza para las organizaciones donde operan, y para lograrlo existen dos tipos de inducción principales para el personal: General y específica. 

En la inducción general a los trabajadores se les presenta la información relevante sobre la organización (historia y panorama actual), sus objetivos, posicionamiento, misión, visión, políticas, razón social, reglamentos, códigos de conducta y procesos operativos que rigen a toda la estructura.  

En el caso de la inducción específica, se les brinda información detallada y particular según el cargo que van a desempeñar, los objetivos del área o departamento al que se integran, el equipo de trabajo, las instalaciones y todo el material necesario para llevar a cabo las funciones para las que fueron contratados. 

En línea con lo anterior, hay algunos consejos viables para lograr potenciar el conocimiento y las capacidades de estos empleados:

  1. Preparación de los recursos: Es necesario asignar las herramientas necesarias que va a necesitar el nuevo trabajador para cumplir sus funciones con eficacia.
  2. Inducción clara y concisa: El trabajador temporal debe conocer sus objetivos de trabajo, teniendo en cuenta que sean alcanzables y medibles. 
  3. Cultura organizacional: Desde el primer día de trabajo, es importante que el colaborador temporal sienta una bienvenida acorde con la cultura de la compañía.
  4. Trabajo en equipo: Comuníquese con el staff previamente para que estén al tanto de esta incorporación temporal y puedan brindarle su apoyo al nuevo integrante. 
  5. Tiempo para su formación: El tiempo dedicado a los trabajadores temporales es importante, entre más conozcan sobre la compañía y el entorno donde se están desempeñando, más pueden contribuir para tener excelentes resultados.

Lograr la integración de estas prácticas y elementos dará un resultado efectivo e inmediato sobre el talento humano contratado. El éxito de este proceso sin duda impactará y se hará visible en el cumplimiento de los retos comerciales, productivos y organizacionales que tiene el empleador.