La crisis que ha producido a nivel mundial el Covid-19, ha afectado negativamente al sistema social y económico de todos los países, lo que ha llevado a que la vida de los seres humanos se haya visto afectada de diferentes maneras.
En el ámbito laboral, por ejemplo, se ha visto que la transición hacia las nuevas tecnologías y el trabajo remoto, ha facilitado ciertos procesos al interior de las compañías, pero desafortunadamente también ha provocado que muchos puestos de trabajo desaparezcan al interior de las mismas.
En Colombia, la cifra de desempleo del total nacional, fue de 15,9%, lo que significó un aumento de 3,7 puntos porcentuales frente al mismo mes del año anterior (12,2%) y, por ende, las tasas de informalidad laboral comienzan a tener un aumento importante. Pero ¿qué es la Informalidad laboral y quiénes hacen parte de ella?
Para nuestro Country Manager, Nelson Montoya, “La informalidad laboral se entiende como el estado en el que se encuentran las personas que están parcial o totalmente desvinculadas a las normas de protección social laboral, ya sea por decisión propia, es decir, aquellas que deciden voluntariamente excluirse de los beneficios que otorga el estado, o a las que por falta de oportunidades laborales o rechazo por no tener la experiencia requerida, no logra obtener un empleo digno.”
Según las cifras reveladas por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística – DANE, indican que entre diciembre 2020 – febrero 2021, la proporción de ocupados informales en las 13 ciudades y áreas metropolitanas más importantes del país fue 48,1%. Para el total de las 23 ciudades y áreas metropolitanas la proporción de informalidad fue 49,2%, lo que representó un aumento de 1,3 puntos porcentuales comparado con el trimestre móvil diciembre 2019 – febrero 2020 (47,9%).
“Esta secuela que ha dejado y sigue impactando la crisis sanitaria, debe ser atendida inmediatamente por los diferentes sectores de la economía que, desde ya, deben impulsar el crecimiento laboral inclusivo para poder controlar y disminuir la informalidad. Si hoy se le ofrece a los colombianos oportunidades laborales formales, podríamos ver en un corto plazo, una mayor productividad e inversión en el país y una paulatina pero significativa disminución en la pobreza”. Asegura Montoya.
Siguiendo las recomendaciones de la OIT, las iniciativas para disminuir la informalidad deben basarse en la combinación de políticas que fomenten el trabajo decente y el desarrollo inclusivo. Para lograr este gran objetivo se deben enfrentar todas las causas subyacentes trabajando de forma conjunta Gobierno, empresa y sociedad en la lucha contra la pobreza y los bajos salarios, contra la corrupción y la falta de estado de derecho.
Finalmente, para fomentar la formalización a gran escala, se deben analizar factores como bajar sustancialmente la carga a las empresas que se formalicen. Hay que crear las condiciones regulatorias, económicas y disuasivas para que sea mucho más atractivo ser formal. La generación de alianzas estratégicas con compañías que desarrollen opciones de empleabilidad, tal como los servicios temporales y de outsourcing, puede ser una excelente vía para promover el trabajo formal.